sábado, 25 de febrero de 2012

La Orden Carmelita y la Hermandad de las Siete Palabras, 307 años en común


LA ORDEN CARMELITA

La Orden de los Carmelitas tiene sus orígenes en el Monte Carmelo, en Palestina, donde, como recuerda el II Libro de Los Reyes, el gran Profeta Elías luchó en defensa de la pureza de la fe en el Dios de Israel, venciendo en la lid con los sacerdotes de Baal y donde el mismo profeta, orando en soledad, vio aparecer una nubecilla portadora de benéfica lluvia después de la sequía. Desde siempre este monte ha sido considerado el jardín floreciente de Palestina y símbolo de la fertilidad y belleza. La palabra Carmelo no es si no la traducción del hebreo “Karmel” que significa “jardín”.

Después de la 3ª Cruzada (1.189 - 1.191), algunos peregrinos provenientes de Europa se establecieron junto a la Fuente de Elías, en una de las estrechas vaguadas del Monte Carmelo, para vivir, en forma eremítica en la imitación del Profeta Elías su vida cristiana en la misma tierra del Señor Jesucristo. Construyeron una pequeña Iglesia en medio de las celdas donde residían y la dedicaron a María, Madre de Jesús, desarrollando el sentido de pertenencia a la Virgen como la Señora del lugar y como patrona tomando de ahí el nombre de “Hermanos de Santa María del Monte Carmelo”.

Este grupo de ermitaños laicos, para tener una cierta estabilidad jurídica, se dirigió al patriarca de Jerusalén, Alberto Avogadro (1.150 - 1.214), residente en aquel tiempo en San Juan de Acre, en las cercanías del Monte Carmelo. Avogadro escribió para ellos una norma de vida, entre el 1.206 y 1.214, las sucesivas aprobaciones de esta norma de vida por parte de varios Papas ayudaron al proceso de transformación del Grupo hacia una Orden religiosa, cosa que aconteció con la aprobación definitiva de tal texto como Regla por el Papa Inocencio IV en 1.247. La Orden del Carmelo fue, de este modo, inserta en la corriente de las órdenes Mendicantes.

Una vez aprobadas las Reglas la Orden se extiende por el mundo y sobre todo en Europa, llegando a Inglaterra donde la Orden toma un auge importante ya que se produce un hecho muy relevante en la vida de esta orden religiosa. El domingo 16 de Julio de 1251 la Virgen María se le aparece a San Simón Stock, fraile del convento de Cambridge y le hace entrega del Escapulario del Carmen, a partir de ese momento el escapulario se convierte en el distintivo significativo del hábito carmelita.

        
FUNDACIÓN Y PRIMITIVA CONSTRUCCIÓN DEL CONVENTO DE SEVILLA
        
El primer convento que la Orden funda en Andalucía es en Gibraleón (1.306 - 1.320) bajo el mecenazgo de los Infantes de la Cerda. Desde Gibraleón se desplazan los Carmelitas a Sevilla para Fundar el Convento del Carmen en la Collación de San Vicente, bajo los auspicios del Rey D. Pedro I.

La fundación del convento de Carmelitas Calzados de Sevilla se realiza en 1.358, en el mismo lugar que ocupa actualmente, parte de una manzana del Barrio de San Vicente, definida por las calles, Baños, Pascual de Gayangos, Goles y una callejuela que iba desde Baños a Pascual de Gayangos, hoy desaparecida, que transcurría por detrás del ábside de la Iglesia; callejuela que partía en dos la actual manzana definida por Baños, Pascual de Gayangos, Goles y San Vicente. Esta callejuela aparece en el Padrón de Pecheros de 1.533 con el nombre de “El Carmen” y, posteriormente en el Padrón de Armas de 1.665 como “Carmen de los Cordoneros”; también fue llamada “Espalda del Carmen” o simplemente “Carmen”. Aún, en nuestros días, queda una calle llamada Carmen, que va de Pascual de Gayangos a Imaginero Castillo Lastrucci que, con toda seguridad, toma el nombre del callejón mencionado, ya que prácticamente es prolongación de éste. Esta calle desaparece a finales del siglo XVIII, ya que la poca importancia de la misma y algunas escenas de mal género que ocurrían en ella con frecuencia obligaron al municipio a cerrar los dos extremos y el espacio fue aprovechado por algunas casas de San Vicente.  

Como hemos dicho anteriormente la construcción definitiva del Convento y que prácticamente ha llegado a nuestros días data de finales del siglo XVI y principios del XVII. La Iglesia Conventual definitiva se inaugura en 1.609 y el retablo Mayor se encarga a Juan de Oviedo el Viejo en 1.587 por el Provincial de la Orden de los Carmelitas Fray Fernando Suárez y consta estar terminado en 1.590 ya que existe la carta de pago que Juan de Oviedo el Viejo otorga, liquidando el contrato establecido, al carmelita Fray Francisco de Marmolejo el 9 de Febrero de 1.590.

Si hiciéramos un recorrido por el Convento del siglo XVIII, que podemos seguir en el plano que se acompaña, comenzaríamos por la entrada, se accedía por el compás que daba a la calle Baños que contaba con dos entradas, una que daba paso al Convento propiamente dicho y otra que daba acceso a la Capilla de las Siete Palabras, (en aquel tiempo de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza), de aquí se pasaba a un atrio, situado a los pies de la Iglesia Conventual, desde este atrio se podía acceder, de frente al claustro a través de un espacio intermedio que servía de sala de espera o para recibir a persona importantes, a la izquierda estaba la capilla de la Hermandad de la Soledad y a la derecha la portada de la Iglesia Conventual, situada a los pies de la misma, por donde se accedía... No seguimos con la descripción del Convento ya que, la Capilla de las Siete Palabras queda perfectamente situada.

 



 Escudo de la Orden del Carmelo "Calzado"


LA HERMANDAD DE LA VIRGEN DE LA CABEZA, 1.561 Y CONSTRUCCIÓN DE SU CAPILLA

          
En el año de 1.561 se funda en Sevilla la ermandad de “Ntra. Sra. de la Cabeza”, filial de la del mismo nombre de Andújar. Un grupo de personas principales se reunieron en el Convento del Carmen y la instituyeron llevadas del fervor y devoción a la Stma. Virgen y a su Hijo. En 1.564 redactan sus primeras Reglas que son aprobadas por el Licenciado D. Juan de Ovando Provisor del Arzobispado el 6 de Abril de 1.564, es el inicio de nuestro origen de Gloria y comienza nuestra relación con la Orden Carmelita. El 7 de Mayo de este mismo año, la Hermandad solicita de la Comunidad Carmelita el uso del coro bajo para celebrar sus juntas, hasta que se le diese sitio para construir una Capilla. La Comunidad accede y, el 7 de Mayo de 1.564, concede el citado uso por Escritura Pública ante el notario D. Cristóbal Escobar.

        
En los siguientes años, la corporación fue en aumento: se redactaron nuevas Reglas que fueron aprobadas el 12 de Marzo de 1.573 por el Provisor del Arzobispado D. Juan Rodríguez. El continuo auge de la Hermandad llevó a que los responsables se plantearan de una vez la construcción de una capilla propia, para lo cual por Escritura Pública ante D. Juan Marín, de fecha 1 de Agosto de 1.582, adquieren a la Comunidad del Carmen un corralejo viejo que estaba situado junto al compás del convento, dando a la calle Baños, al Presbiterio de la Iglesia Conventual y al callejón del “Carmen”.

        
Las obras de la Capilla se realizan a un ritmo importante, hay que decir que la capilla está terminada en 1.583, un año después de la adquisición del solar. Confirma este dato la colocación en su altar de una imagen de la Virgen donada por el platero Agustín Velázquez y su mujer Inés Pesquer, según Escritura hecha ante el indicado Juan Marín. Pocas noticias precisas tenemos de cómo estaba distribuida dicha capilla en sus comienzos, sabemos que en el altar principal, estaba la Virgen de la Cabeza. En 1.598 unas nuevas Reglas incluyen como titular al Santo Cordobés San Zoilo, al que se le construye un altar para su veneración.


FUNDACIÓN DE LA HERMANDAD DE LOS SAGRADOS CLAVOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, MARÍA SANTÍSIMA DE LOS REMEDIOS Y SAN JUAN EVANGELISTA


CONVENTO DE LOS REMEDIOS EN UNA FOTO DE 1928


Pero al otro lado del río, aguas abajo al final del barrio de Triana, donde el río forma una playa en frente del Palacio de San Telmo, otro Convento Carmelita se funda aprovechando la ermita que existía de la Virgen de los Remedios desde 1526. En este caso son dos frailes carmelitas, Fray Jerónimo Gracián de la Madre de Dios y el padre Fray Ambrosio Mariano, que habían aceptado la Reforma del Carmelo los que inician la nueva andadura de los carmelitas siguiendo a Santa Teresa de Jesús y a San Juan de la Cruz en Sevilla en 1573, son los carmelitas “descalzos”, esta reforma aunque más austera y severa que la de los Carmelitas de la antigua observancia consigue en poco tiempo aumentar  considerablemente el número de hermanos y construyen junto a la citada ermita de los Remedios su convento, actualmente aún  podemos contemplar la antigua iglesia del Convento convertida en Museo de Carruajes.





Escudo de los Carmelitas "Descalzos"








En este convento en el año de 1590 se funda la Hermandad de Penitencia de los Sagrados Clavos de Nuestro señor Jesucristo, María Santísima de los Remedios y San Juan Evangelista, nuestro origen Penitencial. La cercanía de este convento al río Guadalquivir hace que las continuas avenidas del río pongan en peligro las edificaciones y la Hermandad de Penitencia se plantea el buscar otra sede, pero definitivamente la corporación toma la decisión de abandonar Los Remedios después de las inundaciones del año 1593, de las que las crónicas de la época dicen “ser las mas grandes de las conocidas hasta entonces” y añadiendo “que los frailes se salvaron casi milagrosamente de morir ahogados”. La Cofradía de los Clavos busca refugio en los Carmelitas de la calle Baños, donde son bien acogidos, pero al no tener sitio donde ubicarlos, hasta que terminen las obras que habían acometido en la Iglesia, le ofrecen la posibilidad de que se establezcan provisionalmente en la Capilla de la Virgen de la Cabeza, si ésta así se lo permite, la Hermandad de la Cabeza accede y desde 1594 la de los Clavos comparte capilla con la de la Cabeza y queda a la espera de que se le conceda Altar y lugar adecuado. Hay que hacer notar que en 1595 la Hermandad de los Clavos reforma sus Reglas añadiendo entre otros el Capítulo VI, donde se describe la túnica que actualmente visten los nazarenos la Hermandad en su Estación de Penitencia. La convivencia de las dos hermandades se prolonga más de lo previsto y esta vida compartiendo la misma capilla hace que en 1629 se produzca la fusión de ambas hermandades y la capilla se reforma ampliándola con un altar para el crucificado de la Hermandad de los Clavos, (según mi opinión es el que actualmente se encuentra en la Parroquia de Cartaya), y otro para la Virgen de los Remedios y San Juan Evangelista.   
        
De esta forma las hermandades ya fusionadas y formando una sola corporación se mantienen con capilla propia en el Convento Casa Grande del Carmen de Sevilla hasta 1868, fecha en la que es definitivamente cerrado por la Junta Revolucionaria que dio paso a la Primera República.

Por lo tanto nuestra vida en común con la Orden Carmelita se remonta a 1561 en el Convento de la Calle Baños y a 1590 en el Convento de los Remedios prolongándose hasta 1868, o sea 307 años continuados con los Carmelitas “calzados” o de la “antigua observancia” y 4 años con los “descalzos” o de la “Reforma de Teresa de Jesús”. En este largo periodo de tiempo, más de tres siglos, hemos vivido junto a la Orden Carmelita momentos de auge y de decaimiento y hemos padecido momentos difíciles como la invasión francesa, la Desamortización de Mendizábal y por último la expulsión de nuestra sede canónica por la Junta Revolucionaria, podemos decir que más de la mitad de la extensa vida de nuestra Archicofradía ha estado unida a la Orden del Carmelo, de la que mantenemos su símbolo más característico, el escapulario.



Antonio Escudero Galván



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

1.-     Revista “Aparejadores” Sevilla, Marzo de 1.984. Estudio Titulado “El Carmen” realizado por los Arquitectos Fernando Villanueva Sandino y Ángel Díaz López.
2.-     “Historia de Sevilla” de Alonso de Morgado, Sevilla 1.587
3.-     “Glorias Religiosas de Sevilla” de José Bermejo y Carballo, Sevilla 1.882.
4.-     “El Cicerone de Sevilla. Monumentos y Artes Bellas. Compendio histórico de vulgarización” de Alejandro Guichot y Sierra. Sevilla 1.935.
5-      “Sevilla en el Imperio” de Santiago Montoto, Sevilla 1.938.
6.-     “La Cofradía de las Siete Palabras y Santa María de La Cabeza, en el IV centenario de su fundación”. Antonio Hernández Parrales, Sevilla 1.961.
7.-     “El Retablo Sevillano del Renacimiento” de Jesús M. Palomero Páramo. Sevilla 1.983.
8.-     “Aportación a la Historia de Sevilla” de Joaquín González Moreno. Sevilla 1.991
9.-     “Historia de Sevilla” de Antonio Morales Padrón y otros autores. Sevilla 1.992.
10.-   “Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla de Antonio Collantes de Terán Sánchez y otros autores. Sevilla 1.993.
11.-   “Boletín de las Cofradías de Sevilla” de Febrero de 2.000. Artículo firmado por Rafael Jiménez Sampedro sobre “La Hermandad de las Siete Palabras en el siglo XVIII”.
12.-   Página Web de la Orden Carmelita en España.


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