En torno a las 19:20, el paso, comandado por Rufino Madrigal (quién realizó una extraordinaria labor), traspasaba la puerta del templo y se enfrentaba a un público jubiloso y feliz por ver un año más a esta hermosa talla procesionando.
El paso, como en años anteriores, combinaba a la perfección los románticos candelabros del paso de misterio con la espléndida peana de 1814, sobre la que se alzaba hermosisima la Imagen. Durante el recorrido, cabe destacar la visita que se realizó a la Capilla del Museo, donde llego la Virgen del Rosario a los sones de Virgen de las Aguas, y un poco más adelante también visitamos a la Hermandad de las Mercedes de la Puerta Real. También contamos con una representación de nuestra querida y vecina Hermandad de las Penas de San Vicente que participó en todo el recorrido.
Sin duda alguna la procesion vivió numerosos momentos íntimos y de
recogimiento, especialmente en los callejones estrechos de Alfaqueque,
Antonio Salado o Miguel del Cid, en ésta última los costaleros
realizaron en
silencio la complicada labor de superar una farola y un balcón que
entorpecía el
discurrir de la Santísima Virgen y que parecía que iba a impedir seguir
adelante con la procesión. Desde luego, el recorrido de este año ha sido
uno de los que más han gustado por su recogimiento en las calles del
barrio.
Recordamos que la Función Principal será el día 1 de noviembre a las 10.30, y que será oficiada por el Rvdo. P. Don Pedro Arenal Macarro, párroco de San Vicente Mártir.
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