Aprovechando la exposición de Gustavo Adolfo Becquer que hay en el
“Espacio Santa Clara” (c/ Becas s/n) hasta el día 12 de Febrero; vamos a
contar una historia que une a Becquer con la Parroquia de San Vicente
Mártir.
Estamos hablando del siglo XIX , el 22 de
diciembre de 1870, fallece Gustavo Adolfo Becquer, tras una dura
enfermedad (tuberculosis) a los 34 años de edad (mientras en Sevilla hay
un eclipse total de sol), un poco antes, en septiembre, había muerto su
hermano Valeriano Becquer.
Gustavo Adolfo fue enterrado
al día siguiente en el nicho nº 470 del Patio del Cristo, en la
Parroquia Sacramental de San Lorenzo y San José, de Madrid.
Tras
muchos años de su muerte, por iniciativa de los hermanos Álvarez
Quintero (sus principales financieros) fue inaugurada el 9 de diciembre
de 1911, la Glorieta de Bécquer, ubicada en el Parque de María Luisa de
Sevilla.
Dos años después, estamos hablando de más de 40
años después de su fallecimiento, la familia se plantea cumplir el deseo
de Gustavo Adolfo, de que descansaran sus restos en la Capilla
Universitaria de Sevilla (actual Capilla de la Anunciación).
En la primavera de 1913, los restos de los dos hermanos fueron
preparados para trasladarlos a Sevilla, era Jueves 10 Abril (como
aparece en su esquela) pero un aguacero hizo retrasar la Salida un día. Un buen cortejo salió en Tren desde Madrid hasta la estación de
ferrocarriles de Plaza de Armas, en Sevilla y otro aguacero, entrando en
la Capital de Andalucía, hizo que el cortejo completo se resguardará,
siendo el sitio elegido (llevaban 2 ataúdes) la Iglesia Parroquial de
San Vicente Mártir, hasta el día siguiente.
Recordemos que
en esa época la Parroquia, tenía diferente distribución a la actual.
Tras buscar en el archivo de la Parroquia de San Vicente Mártir no hemos
podido encontrar la ubicación de los féretros dentro de Iglesia,
aunque pensamos que se depositaron en el Altar Mayor o en la Capilla
Sacramental.
Sin tener mayor importancia, la colocación
de los restos de los Hermanos Becquer dentro de la Parroquia, es una
ausencia interesante.
Al día siguiente, salió el cortejo
camino de la antigua capilla de la Universidad (como podemos ver en el
enlace del periódico del ABC) y desde 1972 se encuentra el féretro en el
Panteón de Sevillanos Ilustres.
Un saludo de un Rabanito.
Texto: Carlos M. Romo Salado
Fuentes: